domingo, 17 de abril de 2011

EL SIMBOLISMO MASÒNICO DEL FANTASMA DE LA OPERA; SIMÒN P. HERNÀNDEZ


Siempre me sentí identificado con la Novela Gótica del Fantasma de la Opera, es recientemente que estudiándola superficialmente me sorprendo con agrado que es una Novela Gótica inspirada en elementos Masónicos.   Y mucho más si incluimos aquellos de la versión aun más oscura de Susan Kay.
• Gaston Leroux el autor de la obra era iniciado en la Masonería.
 El Fantasma “Eric” en la Novela es hijo de un Maestro Masón (Master Stonemason) que muere en un accidente de construcción poco después que nace su hijo.

 Eric está obsesionado desde su niñez con la “magia de los espejos”,  y con la ilusión.
 El joven fantasma es amante y genio de la Arquitectura, como de la Música. Su abuelo materno también era un famoso Arquitecto. Es entrenado en el arte de la construcción y arquitectura por un buen respetado profesor privado en su niñez.
Escapa de su casa y recorre Europa refugiándose con un grupo errante de gitanos (que bien sabemos poseen sus propias iniciaciones hebreas- egipcias), se vuelve un Maestro en su lenguaje y sus secretos en hiervas medicinales. Además de perfeccionar sus técnicas de ilusionismo.
En Roma Eric conoce a Giovanni, un Maestro Masón, que toma a Eric como su Aprendiz. Se queda con él hasta la edad de 15 años, entonces viaja a Asia.

En Asia es iniciado en Irán (Mesopotamia) por su amigo “Nadir” como Asesino – ashāshīn, (La orden iniciativa de Hassan Al Sabba, el Viejo de la Montaña). Y trabaja como asesino, mago e ingeniero personal de la corte del Shah. Eric se vuelve adicto al Opio (droga utilizada por los assasins para aumentar los estados místicos), pero lo abandona por miedo a que dañe su supernatural voz y cambia a morfina.
El fantasma ayuda a construir el palacio personal del Shah, pero el Rey temiendo que el fantasma haya aprendido demasiados “secretos sobre la construcción”  y quiera construir otro magnifico palacio para otra persona, decide condenarlo a muerte.
 El fantasma regresa a Paris donde hace un trato secreto con el Arquitecto  y Maestro Masón Charles Garnier que iba a construir la casa de la Opera  “Palais Garnier”, y en el diseño incluye un lago artificial subterráneo debajo de la opera, (es decir un pozo, un espejo gigante), también subterráneamente diseña una red de laberintos y corredores secretos, y al final de todo esto, esta su propia guarida secreta.
(En alquimia este pozo, lago o espejo subterráneo, es el que debe ser pulido para dejar atravesar la luz del espíritu, que se encuentra escondido detrás de su reflejo lunar, esto refuerza la hipótesis de aquellos que dicen que el fantasma es un símbolo del espíritu escondido, que se esconde detrás de una “mascara” (personalidad). Sin más, el simbolismo de los laberintos es demasiado extenso para desarrollarlo aquí, pero recordemos el laberinto del mino tauro, y el hilo de Ariadna).
El Fantasma es a su vez un símbolo del Espíritu (El Ángel de la Música), y de los aspectos tenebrosos del ser, es una gárgola (El Fantasma de la Opera). El Fantasma elige como su firma La Rosa Roja (símbolo de los Rose-Croix y flor sagrada de Occidente).
El simbolismo de la barca, Caronte, y el cruce de las aguas para llegar a la guarida del fantasma refuerza el sentido del viaje iniciático hacia las regiones subterráneas, para enfrentarte a los espejos de la ilusión y encontrar el verdadero Ser.
Christine Daaé, es evidentemente una figura de la Pistis Sophia para Eric, es la inspiración para su música, y un equivalente al amor no consumado de la Beatriz de Dante.
Para Christine el fantasma es un poder oculto que no puede resistir, representa las potencias luminosas y oscuras dentro de sí misma, a las cuales ella teme y ama a la vez.
El amor y romance Gótico a menudo mezcla lo deseable con lo indeseable, el placer con el dolor, la sensualidad pasional con la inspiración sublime, y como dice Rumi: el opuesto revela el opuesto, la boda alquímica es la unión andrógina de los complementarios del yin y el yang.
El Amor Gótico es poéticamente elevado, traduciéndose en una lucha dulce y amarga, cargado de conflicto por lo prohibido, donde la muestra del verdadero amor se sublima y completa en la entrega y abandono de uno mismo, el ego y los deseos, por medio del sacrificio.
El Fantasma deja ir a su Christine con Raoul, pero obtiene a cambio la inmortalidad, que ha dado a esta épica todo su éxito.