jueves, 30 de junio de 2011

REFLEXIONES SOBRE LA TOLERANCIA MASÓNICA

1.- La Tolerancia en el mundo Profano  Los tiempos que nos tocan vivir son severos. Junto a la falta de ética y de moral, subyace el materialismo, el "individualismo feroz", un desenfrenado impulso por obtener "más". Y entonces la Intolerancia emerge tentadora, para repetir el tema del árbol y la manzana.
De ver todos los días la intolerancia, falta de solidaridad, convertidas en costumbre, tal vez al punto de ni siquiera ser advertidas como tales. Por ello, hoy más que nunca resulta de suma importancia reflexionar sobre el tema de la tolerancia en estos momentos tan duros y difíciles, sobre todo para algunas personas de mediana edad, que sentimos -como decía Machado- que otro grupo nos " ha helado el corazón". Es importante tratar de profundizar en la dicotomía tolerancia - memoria histórica.
En una ciudad francesa (Tarbes) cercana de Zaragoza, existe un monumento (muy común en Europa) en memoria de todos los deportados a campos de concentración. Enumera todos los campos (incluidos los españoles como el de Miranda de Ebro) y cita una frase que me parece maravillosa: "Ni odio, ni olvido".
Porque la Tolerancia nos debería enseñar a no odiar pero también a no olvidar. Con mucho esfuerzo individual intentemos no odiar, pero no nos equivoquemos intentando superar el odio con el olvido. Si olvidamos tal vez consigamos no odiar, pero a la vez impediremos sustituir "las malas situaciones" por otras mejores.
Cuesta mucho imbuirse de tolerancia en momentos y lugares donde los valores democráticos que tanto nos ha costado conseguir, se encuentran en "almoneda". Es duro ser tolerantes ante un Gobierno intolerante. Es duro ser tolerantes cuando la mentira se utiliza como "justificación de Estado". Por ello resulta muy importante "profundizar" en la reflexión sobre la tolerancia como principio fundamental que tanto anhela la humanidad y que sin embargo a algunos nos cuesta un gran esfuerzo llevar a la práctica.
¿Qué es la tolerancia sino enterarse cada cual de que tiene frente a sí a alguien que es un hermano suyo, quien, con el mismo derecho que él, puede opinar lo contrario y concebir de contraria manera la felicidad pública? La Tolerancia para perfeccionarse, es decir para ser efectiva, real, debe de ser no solo una actitud individual sino una conducta social, pues justamente presupone como condición sino que non una conducta distinta de la nuestra con la que debemos convivir. Por eso la tolerancia es uno de los signos más claros de la civilidad y la cultura social de un pueblo. La Tolerancia esta relacionada directamente con la aceptación y el intercambio de IDEAS, en un ambiente de igualdad de posiciones, de respeto, de civilidad, no con situaciones o conductas individuales o colectivas socialmente aceptables o no. La Tolerancia debe convertirse en una práctica común, en parte de nuestra civilidad como sociedad.
La Tolerancia debe acercar posiciones, para superar las mínimas diferencias que nos separan y para, de una vez, centrarnos en todo lo que nos une. Una sociedad tolerante, por su propia naturaleza, rechaza (no combate, pues sería ponerse a su mismo nivel) indistintamente a todo aquel que dentro de ella no lo fuere. Desde el punto de vista profano y sobre todo desde el político, la tolerancia por supuesto que no puede ser sinónimo de indiferencia, de indolencia, sumisión o vasallaje.
Es una condición imprescindible de la democracia y el mecanismo por el cual todas las partes pueden exponer sus ideas con civilidad y la ciudadanía puede inclinarse por la que le parezca más compatible a su forma de pensar de acuerdo con las condiciones específicas del momento y del lugar, todo esto en la arena de la denominada "opinión pública", fomentada y conducida por los medios de comunicación.
 "La Tolerancia es una planta frágil que es cultivada de manera permanente por la Masonería desde hace casi 300 años. En medio de la gran crisis de valores que vivimos en la actualidad, la Masonería es una de las instituciones que ha podido mantenerse en pie, por lo avanzado en su práctica de la tolerancia y la fraternidad. Tolerancia es aceptar al otro tal cual es, con sus ideas políticas y religiosas, su posición social, además de su intelecto y moralidad. Tolerar es aceptar la diversidad tal como se presenta.
Para lograr entender el concepto basta con mirar la naturaleza y ver que en ella conviven diferentes especies cumpliendo cada una el rol que le corresponde. Podríamos pensar en la tolerancia como la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y ubicarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona. Para practicar la Tolerancia debemos fundamentalmente respetar las ideas.
Cualesquiera sean, tan solo condicionando su presencia en tanto impliquen hallarse en los parámetros del Bien. Lo más execrable en materia de convivencia intelectual, es pretender clasificar o calificar a los que no piensan como nosotros.  De ahí que la Tolerancia, en términos sociales, más que reactiva es proactiva, es decir, es una Actitud, una forma de ver y vivir la vida que todos los seres humanos debemos tener frente a los demás en cuanto a sus ideas, gustos, formas de ser, etc. aunque no sean iguales a los nuestros, una forma de conducirnos ante los demás que implica a la vez el derecho y la obligación de procurar respeto a las divergencias.
Puede que nuestras palabras no sean bien recibidas por otros, que haya gentes que piensen distinto, pero si respetan lo que decimos, adoptan una actitud tolerante hacia nosotros. La tolerancia se rompe cuando el otro no la respeta y eso pone en peligro el bienestar colectivo. De ahí que haya cosas y hechos que por su propia naturaleza no son ni pueden ser tolerables: El abuso, todo aquello que causa quebranto, dolor, lo que nos aleja de la felicidad, que pretende nuestro libre pensamiento, anularnos como seres. La intolerancia se sustancia en la Intransigencia, el fanatismo, la terquedad, la obcecación, la obstinación, la tozudez, que si bien son sinónimos, agravan el padecimiento.
Los intolerantes tienen un rasgo apropiado que los define: son ignorantes, pero no analfabetos. Suelen dañar reputaciones sin medir las consecuencias; repudian lo que no entienden ni saben; como carecen de ideas nobles y ecuánimes, no esgrimen ideas: utilizan el puñal de la difamación, el filo de la palabra descalificante. La Intolerancia, en todos los tiempos, viene precedida de un halo de «virtuosismo» fundamentalista, que pretende soslayar la necesaria ética que impone el respeto hacia el otro, hacia sus ideas y sus acciones.
La «presunción», junto con la Intolerancia, constituyen el caldo de cultivo -cuando no la causa- de todas las violencias y la maldad del ser Humano. No existe nada menos objetivo y triste que un hombre guiado por sus prejuicios, cerrado a la comprensión y fundamentalmente a la razón, y cuya conducta pueden derivar en causar perjuicios a quienes no tolera. Y para ejemplo, podemos verlo en el espejo de los Torquemada de todos los tiempos.
2.- La Tolerancia en el Mundo Masónico.-
En Masonería, la Tolerancia es una garantía de convivencia entre seres humanos libres e iguales y de tan distintas formas de pensar, sentir y actuar en lo político, lo religioso, lo social, etc... Se exige como una obligación para quien escucha las posiciones del otro,, a fin de comprender sus conceptos y entablar -por ejemplo- un debate razonado, de altura, exponiendo al mismo tiempo los propios, de todo lo cual todos extraemos, como individuos y como logia, siempre conclusiones positivas.
 La Tolerancia en Masonería ha de ser un medio de equilibrio natural, de modo que el "tolerado" sea responsable de sus actos, y no abuse de la tolerancia de la que puede ser objeto. De esta forma, el "Tolerado" ejercerá su derecho inalienable a expresarse libremente y al mismo tiempo su obligación de hacerlo de manera respetuosa y fraternal; por su parte, el "Tolerante" ejercerá su derecho de ser respetado en cuanto a sus principios por el "tolerado" teniendo a su vez la obligación de escuchar con serenidad y atención los conceptos de éste, según lo señalado en el punto anterior.
Tolerancia y Respeto a la diversidad de ideas son principios inalterables de la Masonería, que admite en su seno a individuos de todas las razas, religiones, costumbres, posturas filosóficas y credos políticos como muestras de esa amplia gama del pensar y sentir humano a cuyo desarrollo ha orientado históricamente sus objetivos.
La Francmasonería tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo y la libertad absoluta de conciencia. Se rehúsa a efectuar afirmaciones dogmáticas, no para limitar la libertad de pensamiento y de conciencia de sus miembros; sino al contrario, para garantizarla y fomentarla en un ambiente cordial y de convivencia constructiva. La Masonería se basa en el respeto a las ideas y decisiones de todos los hombres.
No es un sistema basado en el dogma, ni en el sectarismo, mas una organización donde el respeto a la expresión de la Conciencia individual es absoluto; donde la Libertad es un principio convertido en hechos cada día y donde la Igualdad es un ideal continuamente renovado con la práctica cotidiana.
La Tolerancia se describe con claridad, se interpreta con elocuencia, pero de práctica difícil. No obstante, cabe decir que esta "dificultad" en la práctica de la tolerancia es propia de la práctica de cualquier virtud o cualidad humana. Cuando hablamos sobre tolerancia, los masones expresamos todo aquello que en teoría hemos aprendido dentro de la Orden, en cuanto a lo que debiera ser su ejercicio.
Sin embargo, podemos ver que muchos HH:. son cada día más intolerantes con los demás y sobre todo con sus iguales, especialmente en el campo de las ideas filosóficas que defendemos individual o colectivamente. Muchas de las divergencias o discrepancias que se producen en nuestras Logias y Obediencias provienen de la intolerancia hacia los pensamientos expresados por otros HH:., llegando a presentar actitudes hostiles hacia aquellos que no opinan como nosotros.
El origen de nuestros males proviene de una sociedad donde impera un estado permanente de alienación a un sistema social que arrincona los valores humanísticos, que releva la comunicación franca y personal, que llena de desconfianza y desinterés por los demás, en fin, que produce a la postre una desestimación de si mismo. Cuando se llega a la masonería y se encuentra un ambiente de compromiso con la idea de la fraternidad, el ego se desata, intenta sobreponerse a la situación
en la sociedad, y muchas veces cae en la vana sensación de superioridad frente a sus hermanos. Se confunde la humildad de los HH:. Con debilidad; la discreción con la ignorancia; el gesto afectuoso con la adulación.
Muchos se pierden en ese camino. De ahí que nuestro ideal de Tolerancia se ve confrontado cada vez más a la intolerancia real de aquellos que en un diálogo de sordos, defienden sus posturas y ni son escuchados ni escuchan a los demás. Esa es una de las cuestiones que provocan la separación entre las Logias y las Obediencias entre sí. Esto tal vez quiera decir que hay cada vez más personas que no obstante haber sido recibidas en la Francmasonería no han dejado, ni pretenden dejar, su condición profana. Pero esto no solo no menosprecia la Tolerancia como un valor primordial del ser humano, cultivado y mantenido por nuestra Orden, sino que la exalta aun más y nos lleva a poner manos, mente y corazón a la Obra, a fin de defenderla con todavía mayor fuerza y vigor para ser ejercitada como una forma de vivir pensar y actuar, dentro y fuera de la Orden. Tolerancia y Regularidad.-
Lamentablemente, en estos tiempos de intransigencias y fundamentalismos, hasta los más jerarquizados entre los que se consideran nuestros QQ:.HH:. poseen el demérito de sus intolerancias. No importa si en su ceguera, impropia en quienes hacen gala de cultivar los beneficios de la razón, olvidan que un masón debe procurar, por encima de todo, el Orden sobre el Caos, el "Ordo ab Chao" que campea en los emblemas de más alto rango del filosofismo.  Es más fácil hablar de las tolerancias hacia los agnósticos o ateos, antes que hacia las mujeres dentro de la regularidad indicada los denominados "landmarks".
A pesar de que hombres y mujeres componen al 50% la humanidad; a pesar de que hombres y mujeres nos necesitamos mutuamente, no solo para continuar la especie, sino además para complementarnos en nuestras capacidades; a pesar de que muchos hombres tienen madre, hermanas, compañeras e hijas; a pesar de todo ello y muchas otras cosas más, persiste una actitud intolerante respecto del reconocimiento de la iniciación masónica para la mujer.
Es necesario trabajar por la Tolerancia dentro de la Orden y sumar esfuerzos entre logias y Obediencias tanto mixtas como femeninas y masculinas, a fin de encontrar convergencias sobre los problemas y las soluciones de los aspectos importantes de nuestro entorno masónico y profano. El espíritu no tiene sexo, no deberíamos mirar sino a las personas que tenemos delante y escuchar su discurso independientemente de su sexo.
El trabajo porque la mujer ocupe su sitio también en la masonería pasa, para mí, por una identificación de propuestas, de simbología de género y sobre todo de que las mujeres abandonen el prejuicio de equipararse con los hombres. Andando se hace camino y así se va demostrando que es posible que el hombre y la mujer estén armónicamente en logia, ya sean éstas femeninas, masculinas o mixtas.  A pesar de todo, la Masonería no puede y no debe más que seguir practicando en su interior esa humildad, esa discreción, ese afecto que le caracterizan y tolerar la confusión mientras dure en la mente de los confundidos. Una logia puede acabarse como resultado de que miembros de ella se hacen de los cargos para sentirse importantes. No importa que se acabe, la masonería seguirá y otras logias levantarán sus col:. Al final esos HH:. terminan apartados.
Debemos pasar de la teoría a la práctica, dejar que los demás se expresen libremente, aunque sus opiniones sean diferentes a las nuestras; cerrarnos a otras ideas, a otros pensamientos nos cancela la posibilidad de crecer en lo individual y en lo colectivo.  Escuchar, prestar atención al otro en un clima de diversidad constructiva, tratar de aprehender otras ideas, de abrirnos a los demás en pensamiento y en acciones es una forma de poner en práctica la Tolerancia que defendemos como principio y valor masónico fundamental.
Nuestra calidad de constructores nos exige una actitud de poner todo nuestro esfuerzo y talento en levantar nuevos edificios, no de quedarnos simplemente demoliendo los viejos, con lo que solo crearíamos desiertos. Trabajemos en pulir nuestra piedra bruta; comencemos por ser tolerantes entre nosotros mismos para que luego proyectar la Tolerancia hacia toda la humanidad. Eduquemos a los niños en ser tolerantes con sus compañeros de escuela, con sus compañeros de juegos, en la colonia, asumámosla como parte de nuestra cultura como individuos y como sociedad.

miércoles, 22 de junio de 2011

Gr.’. Log.’. de Estado “Baja California” SOLSTICIO DE VERANO 2004 E.’. V.’.

Gr.’. Log.’. de Estado “Baja California”
SOLSTICIO DE VERANO 2004 E.’. V.’. 
De: ARQUI  (Mensaje original)
Enviado: 18/06/2004 09:15 p.m.
 Or.’. de Mexicali, B.C.
El misterio de los cielos y la magnitud de los espacios cósmicos no dejaron de ser fuente de curiosidad para el hombre.

Sacerdotes les han elevado cánticos; poetas los han ensalzado en sus versos, estudiosos nos han brindado sus especulaciones e imaginaciones y el astrólogo metódico, nos ha explicado cuanto acontece y vuelve a acontecer.

Nuestra Hidalga Orden, a diferencia de otras entidades fraternales y benéficas existentes, pretende dejar en cada Hermano una enseñanza moral a través de las alegorías y símbolos que utiliza en su proceso auto educacional. Es así, que el Solsticio que esta noche conmemoramos constituye uno más de los símbolos educativos que debemos interpretar lógica y racionalmente para que nos guíe en nuestro mejoramiento personal.

¿Qué miras, Copérnico? le preguntó un sacerdote al astrólogo en su celda. Miro el orden, le responde. Luego de un corto silencio, nuevamente pregunta el sacerdote: ¿y qué es lo que buscas? a lo que responde: una señal que responda a mis numerosas preguntas. Para los antiguos, los fenómenos astronómicos tenían una especial atracción y pretendían descifrar en los acontecimientos estelares los deseos y las voluntades de los dioses. La evolución humana se enriqueció con sabiduría empírica y pragmática que permitió el desarrollo de las modernas ciencias. Todo niño sabe que la tierra gira sobre su eje alrededor del sol en una rotación de 24 horas y en una traslación de órbita que demora 365 días. Es en este continuo y permanente movimiento que, durante dos momentos al año, hallándose el sol en cualquiera de sus dos trópicos, detiene figurativamente su marcha y cambia la dirección de su movimiento. 

En el solsticio de verano, figurativamente, detiene el astro solar su carrera ascendente y torna a descender hacia el nadir. Hasta este día, los días se hacían cada vez mas largos y el sol se levantaba por sobre la línea del horizonte. A partir de este momento, dará comienzo un proceso inverso, en un perfecto orden que se repetirá hasta el fin de los días, tal como acontece desde el génesis de la creación. Los fenómenos del Universo proceden siguiendo leyes inmutables, ritmos constantes y precisos, en tiempos fijos y plazos concretos que se repiten desde la eternidad de las eternidades.

Como Masones, lejanos estamos de adorar el sol, no como fuerza sobre natural, no como deidad y no como residuo de pasadas religiones. Para nuestra Orden, el astro solar no es más que otro de sus numerosos símbolos didácticos. Nace en el Oriente, de la eterna sabiduría y difunde su luz y calor, indispensables para la continuación de la vida. En su continuo y permanente movimiento influye en el ritmo del día y la noche; el curso de las estaciones; el crecimiento de las plantas y la evolución del mundo animal; el auge y florecimiento de sociedades humanas; el desarrollo cultural, técnico y científico, la vestimenta y las costumbres sociales y urbanas, en fin, todo lo que denominamos cultura.

En el Astro Solar vemos un ejemplo de nuestros deseos de ser fuentes de luz y calor humanas, de entregarnos a todos por igual en un permanente afán de integridad. Al igual que la marcha solar, existen en nuestro diario trabajo ascensos y descensos y por ello educamos con la Regla de las 24 pulgadas a un preordenado ritmo laboral, constante e inequívoco. En su ejemplo, educamos hacia la tolerancia, aspirando ser expresión de belleza y bondad y nuestra Orden, inagotable Nuestra Orden, nos obliga a plantearnos en el ámbito filosófico - permanentes y continuas preguntas y aspira que en sus alegorías y símbolos sepamos encontrar respuestas. Así como el calor y la luz solar se ofrecen sin condición alguna a todos los hombres, nos entregaremos al trabajo sin esperar recompensa alguna. Trabajaremos por el placer que hallamos en la labor realizada y en la creación regenerante, sin alarde ni ostentación. Ayudamos al necesitado y calmamos al sufriente porque en el compartir nos elevamos por sobre nuestra condición humana. Combatiremos la injusticia y despertaremos la adormecida conciencia de los hombres porque los elevados valores humanos son los únicos que tienen cabida en nuestros pensamientos y actos.



No somos ilusos soñadores ni tontos pensadores. Sabemos que solos no tendremos las necesarias fuerzas para mejorar la sociedad o detener la loca marcha destructiva, el demencial odio entre los hombres, las mareas oscurantistas y la ceguera del fanatismo. Pero juntos podemos intentarlo, a través de la acción personal y del mancomunado esfuerzo. Como veis, el símbolo permitió adentrarnos en el idioma de lo infinito y transportarnos más allá de los límites del mundo tangible hasta las cercanías de lo infinito. No tengo todas las respuestas pero estoy convencido que juntos, encontraremos nuevas y numerosas preguntas. En esto consiste todo el método de educación masónica.

V.’. H.’. Salvador López Mendoza
Muy Resp.’. Dip.’. Gr.’. Maest.’.

lunes, 20 de junio de 2011

MI CEREMONIA DE INICIACIÒN

Por BRUNO, A.·.
R.·. L.·. Constante Alona VV.·. de Alicante




Grata noticia divulgada por internet: “El astro del básquetbol de los Estados Unidos América y Mundial, R:. H:.  SHAQUILLE O´NEIL fue Iniciado Masón en la Logia PRINCE HALL de Boston-USA.



Habiéndoseme encomendado trazar esta plancha con el fin de reflexionar sobre la Ceremonia de Iniciación que en pasada Gran Tenida tuvo lugar en esta R.·. L.·. Constante Alona, y a raíz de la cual abandoné el mundo profano en el que me hallaba, para pasar a formar parte de esta V.·. O.·. en el grado de aprendiz, es para mí un honor llevar a cabo dicho trazado, y no menor es mi deseo de alcanzar con éste buen término. Que mis palabras sirvan, aún a buen seguro de su torpeza, para expresar mis sentimientos más profundos sobre esta hermosa experiencia vivida.


Antes de llamar a las puertas del Templo, debo decir que albergaba ciertas inquietudes, traídas más por prejuicios alimentados por rumores, que por una serena reflexión hacia el verdadero sentido y finalidad de la F.·. M.·. Así, hicieron en mella en mí historias de intolerancia en materia religiosa, política o económica, entre otras, actitudes sectarias y dogmáticas que a diario he conocido en el mundo profano, y que desde éste entiendo que tratan de proyectarse hacia la O.·. , en una afán de hacer nacer el recelo e incluso el temor hacia los trabajos que ahí se realizan.  Más ahondaba mi pesar escuchar estos términos en boca de gentes para las que sus juicios me merecían el respeto.

Pero esta desazón no hizo mella en mi anhelo decidido e inamovible de conocer más sobre ella, de indagar, hasta donde este conocimiento fuera posible de obtener, sus principios y su historia, y así averiguar desde la mayor objetividad posible el verdadero sentido de la F.·. M.·. Y aquí efectivamente tuvo lugar un importante descubrimiento que me acercó de forma definitiva a ésta: el camino que conduce hacia la decisión de la solicitud de admisión en una L.·. parte de uno mismo, en el ejercicio sublime de su libertad y en la soledad que esto comporta.

Porque la soledad con la que uno acude a su Ceremonia de Iniciación, tan sólo es comparable con la soledad con la que todo ser humano se enfrenta a su existencia en este mundo, y a la máxima expresión de éste, su encuentro con la Muerte. Así, resulta admirable en el ritual de Iniciación con qué claridad se experimenta este primer paso, como Muerte simbólica y renacer en una nueva vida que ya nunca podrá ser igual a nuestro existir pasado en un mundo profano. V.·. I.·. T.·. R.·. I.·. O.·. L.·. , Visita el Centro de la Tierra, Rectificando Descubrirás la Piedra Oculta. Este principio de la Alquimia, del que la F.·. M.·. es recipiendaria y celosa cultivadora define, a mi modo de ver, con gran claridad ese tránsito al que los candidatos, en plena libertad, accedemos a someternos con la esperanza de ser dignos de formar parte de esa gran Obra que esta V.·. O.·. se ha encomendado.


Hay algo que me fascina en la Iniciación de un Francmasón. La O.·. ha establecido como uno de los grandes principios de ésta el que sus Misterios no transciendan más allá de las Columnas del Templo. Así, el instante en el que decidimos pertenecer a esta V.·. O.·. desde nuestro conocimiento profano de la misma, debe ser necesariamente un instante transcendental, consustancial con nuestra primera toma de conciencia de existencia en este mundo. Si esto último sería el gran momento inefable psicológico del ser humano, su Iniciación en la F.·. M.·. sería a su vez el instante de inefabilidad en el orden espiritual, y por ende único, de la especie humana. 

Y con esto me atrevería a decir que la iniciación francmasónica contiene en sí misma el hecho único e indiferenciado de la superación de la contradicción que bloquea nuestra vidas. Su esoterismo puede ser fruto de la contingencia, pero encierra en sí una Verdad Universal, a la que accedemos a través de sus Principios, que alientan todos y cada uno de sus símbolos y ritos.

No puedo ver esta Institución como un club de caballeros que en sus ratos de ocio se dedican a juegos de salón, ya que ejercer el A.·. R.·. es ahondar en el conocimiento y en nuestra mejora moral. Quizás por esto sea necesario su estado de sociedad iniciática y esotérica, que sea necesario un Secreto Masónico, que le dé su verdadera fuerza espiritual, que aleje de sí a desaprensivos que crean encontrar en ella alimento a sus pasiones materiales.

Ahora bien, si es en la Ceremonia de Iniciación donde se hallan contenidos simbólicamente, todos los elementos que describen el tránsito por el que debemos discurrir en nuestro afán de mejora y de perfección, también creo que ella nos debe valer como guía que nos anime a emular éstos, en nuestra vida interior, a través de la constancia en su estudio, y así, vayan tomando forma en nuestra naturaleza particular. Desbastar la piedra bruta, para ir lentamente avanzando en su transformación. El camino ha sido abierto, los tres viajes simbólicos nos han mostrado las infinitas contradicciones en las que nos hallamos rodeados, y es ahora cuando nosotros, impulsados por ese Ideal, debemos superar las mismas en una acción lenta y constante. Y es que todo ser humano es distinto a sus semejantes, pero a su vez todos compartimos una misma naturaleza.

Debo deciros, QQ.·. HH.·. que no siento especial impaciencia por el avance en los grados simbólicos, ya que aprendiz he sido investido, y me he propuesto proseguir como constante aprendiz de los misterios de esta O.·. a lo largo de mi existencia.   No os extrañe si el silencio preside mi presencia en la próximas tenidas, pues es tal el respeto que siento ante los ritos que en ella se desarrollan, que antes prefiero trabar un conocimiento íntimo y vivido de los mismos. Sé que éstos fueron establecidos allende de los tiempos, y tan sólo un estudio sereno y aplicado me permitirá acometer con propiedad los trabajos.  En concordancia con mi edad simbólica de tres años, abro los ojos de par en par y observo con asombro y admiración lo que ante ellos discurre. Tan sólo puedo balbucear algunas palabras, y entre éstas, una ahí que aunque aún no puedo pronunciar de forma completa, siento que en ella se encierran grandes verdades que tal vez algún día me serán reveladas.

Y es que todo Misterio está en nosotros mismos, y todo puede ser asumido como obra del G.·. A.·. D.·. U.·. Así, la máxima socrática es la vía perfecta, a mi modo de ver, para recibir las enseñanzas de la F.·. M.·.  Todo esto me parece un saber antiguo, conocido y asumido por sabios de todos los tiempos y países. Sin embargo, este saber siempre ha hallado obstáculos, y hoy en día nuestra época tiene como divisa el desprecio a estos Principios por considerarlos caducos y opuestos a un Progreso mal entendido que impone como único y verdadero. Sabed QQ.·. HH.·. que he sido hombre de Ciencias Profanas, y conozco muy bien el velo de infamia que se oculta tras la adoración desmedida a la Tecnología, porque qué diferente es el espíritu que la alienta, de la rica alegoría hacia el trabajo humano sustentado en principios morales, que nuestra O.·. ha tomado como objeto de estudio y emulación a todos los niveles de perfección del ser humano y por ende, de su mundo que construye con sus propias manos. Estas manos no pueden obrar de un modo recto, si no han asumido la virtud como enseña de sus actos.

Hay, por tanto, una Gran Obra por construir, y sólo algunas piedras han sido colocadas en el edificio de la Perfección.  A ésta quiero contribuir entusiásticamente, desde mi nimiedad, y por eso soy feliz de poder compartir con mis QQ.·. HH.·. estas impresiones, sin fanatismos y desde lo que mi conciencia me dicta, y sé que más van a ser los puntos de encuentro que las discrepancias, y cuando éstas las hubieran, la Fraternidad que nos une las sublimará hacia formas más perfectas y mejoradas.  La Libertad con la que he obrado al ser iniciado, la Igualdad que he hallado con mis HH.·. y la Fraternidad ante todo, harán el resto.

Ø  L KYBALION 777 Nº 166

sábado, 4 de junio de 2011

LA ÉTICA Y LOS MASONES; masones de la lengua española; New York

Q:. H:. M: .M:. JUAN MANUEL VALLADOLID GARCÍA.
Enviado desde el Or.: de  Copenhague-DINAMARCA.

José Martí, ilustre masón Cubano escribió: “En el seno de la Francmasonería existen manantiales de verdadera moral y felicidad. El hombre que logra beber en ellos, se convierte en bueno y perfecto, y no olvida que “el bien es Dios”. Si todos los hombres conocieran las sublimes enseñanzas masónicas, el mundo seria feliz porque se alimentaría de amor, de justicia, de belleza.

La masonería no tiene mas secreto que la inteligencia y la honradez. Se deja el fardo de las malas pasiones a la entrada, y se contrae el deber de obrar irreprochablemente en ella. La obra de la masonería es la misma obra del adelanto general; y para los que piensan cuerda y ampliamente, el misterio de forma en que se envuelve, no es hoy mas que una garantía de lealtad entre sus miembros y una señal de respeto a las costumbres de tiempos pasados. Son sus viejas formas a la Mas.:, como las reliquias de los ascendientes a los hijos y nietos cariñosos”

La Ética es la disciplina que estudia la acción moral en función de una teoría sobre el fin o sentido ultimo de la existencia humana. Investiga la praxis, la acción humana desde el punto de vista de las condiciones de su moralidad, tratando de fundamentar la moralidad. El lenguaje de la moralidad incluye substantivos como “derechos”, “responsabilidades”, “virtudes” y adjetivos como “bueno” y “malo”, “correcto” y “equivocado”, “justo” e “injusto”.
La ética es principalmente una cuestión de saber, mientras que la moralidad es hacer. Su estrecha relación consiste en la preocupación de la ética por entregar criterios racionales para que la gente decida o se comporte de cierta manera, en vez de otra.

En esta perspectiva, la Mas.: es un sistema peculiar de moralidad, velado en alegorías e ilustrado por símbolos. Sistema, es el desarrollo de un plan determinado; la ejecución de un proyecto, con una finalidad definida en vista. La moral de la Masonería no esta directamente ligada a ningún sistema filosófico, ni credo religioso alguno.

La constituye el fondo común de preceptos universales que enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. En todas las religiones y en todas las filosofías se encuentran las esencias de una sabiduría elaborada por los mas grandes apóstoles y profetas de la humanidad, inspirados en los mas sublimes sentimientos del corazón contemplados en las duras experiencias de la vida y de la historia. En esa perspectiva, la Masoneria busca la solidaridad de los valores morales, intelectuales, éticos y estéticos para lograr la consistencia armónica de la conducta humana.

La Mas.: cuenta con su propio Código Moral, algunas de cuyas máximas señalamos a continuación:

1.-Quiere a todos los hombres como si fueran sus propios hermanos.

2.- Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malos, pero no odia a nadie.
LA ÉTICA Y LOS MASONES

3.- No adula al hermano, porque es una traición; si el hermano te adula teme que te corrompa.

4. -Escucha siempre la voz de la conciencia.

5. Evita las querellas, prevé los insultos, procura que la razón quede siempre de tu lado.

6. No seas ligero en la ira, porque la ira reposa en el seno del necio.

7. El corazón de los sabios esta donde se practica la virtud, y el corazón de los necios, donde se festeja la vanidad.

8. Si tienes un hijo, regocíjate; pero tiembla del deposito que se te confía. Haz que hasta los diez anos te admire, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete. Hasta los diez anos se su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo. Piensa en darles buenos principios antes que bellas maneras; que te deba rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz un hombre honesto, antes que un hombre hábil.

9. Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja; ocúpate siempre en el bien de tus hermanos y trabajaras par ti mismo.

10. Se entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde sin bajeza; y entre los hermanos, firme sin ser tenaz, severo sin ser inflexible y sumiso sin ser servil.

11. Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con tus iguales, sinceramente con tus amigos, dulcemente con los pequeños y eternamente con los pobres.

12. Justo y valeroso defenderás al oprimido, protegerás la inocencia, sin reparar en nada de los servicios que prestares.

13. Exacto apreciado de los hombres y de las cosas, no atenderás mas que al merito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna

La doctrina masónica es una doctrina humanista. En ella lo humano es lo principal, sin que tal cosa excluya lo natural y lo divino ni se quiera sustituir a Dios por el Hombre. Es un humanismo equilibrado, sin extremismos exagerados o absurdos. La Mas.: es la doctrina moral que trata del mejoramiento del hombre con la ayuda de la Filosofía, la Ciencia y la Cultura.

No distingue credos, clases y razas. EI mejoramiento del hombre a que aspira la Masonería, es integral: material, espiritual, moral, individual, social, económico, técnico, científico, etc., porque la Mas.: aspira a que el hombre evolucione, progrese y mejore en todos los aspectos de su vida y de la persona.

La Masonería es una escuela de moral, es una libre asociación de hombres de todas las condiciones económicas, y de todos los grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una evolución mas alta en su personalidad interna, un dominio mas perfecto de si mismos, una afirmación de sus convicciones, una agudización mas sutil de sus facultades, intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio hacia sus semejantes. Dentro de la Masonería encuentran estos hombres un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.

La Masonería es una institución Filosófica, Filantrópica y Progresista, cuyo máximo objetivo es estimular el perfeccionamiento moral e intelectual de los hombres y pueblos; es una escuela formativa de hombres. Es un sistema de conducta ético y moral donde se aprende a dominar los vicios, las pasiones, las ambiciones, el odio y los deseos de venganza que oprimen al hombre. Es una Orden iniciatica, esotérica, elitista y caballeresca, que practica la fraternidad y la tolerancia, que admite a todo hombre libre y de buenas costumbres, sin distinción de raza, religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la verdad y la perfección.

Esta basada en la creencia en un Ser Superior, o Dios. Es tolerante con las personas y enseña a respetar las opiniones de los demás, aunque difieran de las propias, incitando a todos a la Tolerancia y la Fraternidad. Es una ciencia de moral velada en alegorías y esclarecida con símbolos. Es una fraternidad filosófica que busca hacer de hombres buenos, hombres mejores, mediante la practica del honor, la moral, la virtud y el amor a la humanidad; predica la tolerancia y el respeto, combate la ignorancia, apoya las artes y las ciencias, y se esfuerza para que sus adeptos busquen y encuentren la verdad.

Exige a sus miembros la sobriedad y las buenas maneras, tener buenas costumbres, ser bueno ciudadanos, respetar las leyes de su país, evitar la ociosidad, dar buen ejemplo y ser buenos padres, hijos, hermanos, esposos y amigos. Proclama la paz, repudia la guerra, aspira a que el mundo sea gobernado por la razón, y quiere que sus miembros participen en el cambio de la humanidad hacia una vida mejor.

Cuatro son los principios fundamentales de la masoneria: Libertad, Igualdad, Fraternidad y Tolerancia.

El Principio De Libertad: La idea de Libertad, abarca todas las expresiones de la misma: Libertad. de Movimiento, Pensamiento, Culto y de Conciencia. Cuando hablamos de Libertad., lo hacemos tanto al nivel individual como al nivel colectivo. Tan importante es la Libertad del individuo dentro del sistema social, como la Libertad de las sociedades y de las naciones, en las que el ciudadano se desenvuelve. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789 y la Carta de las Naciones Unidas, de 1948, han sido redactadas por hermanos masones.

El masón es un hombre libre porque expresa sus pensamientos, no acepta imposiciones que atenta contra sus principios, ni esta sujeto a la voluntad de un tercero; no esta atado a ningún dogma que oscurezca su inteligencia y pervierta sus sentimientos, y carece de vicios que lo esclavicen. Para ser hombre de buenas costumbres deberá obedecer las leyes del país en que reside, venerar a su patria, y honrar a su familia; ser tolerante y respetuoso con las ideas políticas y religiosas de sus semejantes. Imponerse la seriedad de los conceptos, el decoro de las formas y observar una conducta moral y la ética en su vida privada y publica. Igualdad de derechos y obligaciones de los individuos y grupos humanos sin distinción de religión, raza, sexo o nacionalidad.

El Principio De Igualdad: TODOS LOS HOMBRES NACEN LIBRES E IGUALES. Esto conlleva el rechazo y la condena de todo tipo de servidumbre y esclavitud, en todas sus versiones, antiguas y actuales. Implica Igualdad de Oportunidades en la vida cotidiana, igualdad de Acceso al Trabajo, a las mismas condiciones, e igual salario. El Mas.: también propugna:

1. Igualdad ante la Ley, sin distinción de raza, credo, nivel social o situación económica.

2. Igualdad de Tratamiento ante los Poderes Públicos. Sin favoritismos, ni prebendas.

3. Igualdad ante Dios, lo que implica el respeto de la Libertad de Culto y de Conciencia.  

C. El Principio De Fraternidad: La fraternidad masónica podemos representarla como las piedras con las que se construye una catedral. Cada piedra es distinta pero igualmente necesaria. Cada una esta ligada a la otra porque cumple con su función. Todas y cada una soportan el peso de la catedral. Cuanto mejor están talladas, mas solidó es el templo de la Verdad. El Verdadero masón Trasciende Con Su Trabajo. Cierto es que la masonería procura mejorar al ser humano dentro de su medio, moral y materialmente. Pero esta no trasciende como institución. Lo que trasciende es el resultado de la labor de cada uno de sus miembros.
 Este principio esta muy arraigado entre los masones. Corrientemente, nos damos el trato de  Querido Hermano o de Honorable Hermano.

D. El Principio De Tolerancia: Nuestra tolerancia religiosa coincide con la libertad de culto y de conciencia de los demás. Nuestra tolerancia ideológica coincide con la libertad de expresión o de afiliación política del prójimo. El principio masónico de Tolerancia no implica necesariamente que uno comparta los conceptos. Pero por lo menos conlleva que uno acepte las diferencias existentes en las expresiones de la vida que nos ofrece la naturaleza, o aquellas que barajan las distintas escuelas filosóficas. El principio de Tolerancia que practica la masonería esta basado en la comprensión. Eso de: Acepto tus diferencias y además, las comprendo.

Otros tres grandes principios masónicos son:

El Amor Fraternal: Cada masón verdadero, mostrara tolerancia y respeto a las opiniones de los demás y se portara siempre con compresión y autentico amor fraternal. Ayuda y Consuelo: No solo entre los Masones sino con toda la comunidad humana. La búsqueda de la verdad: Para conseguirla en su propia vida. No hace falta menos de toda una vida para llegar a ser un buen masón.

Los masones entendemos que la virtud es la capacidad de hacer el bien en su mas amplio sentido, y el cumplimiento de nuestros deberes para con la familia y la sociedad sin egoísmo ni vanidad. La masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para común el ideal, que debe conducir hasta el sacrificio cuando sea necesario para el cumplimiento del deber.

Considera la virtud como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es invulnerable a las tentaciones y debilidades, pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud.

Para concluir, las enseñanzas de los tres grados de la masonería han sido expresadas maravillosamente con estas palabras: “Condúceme de la oscuridad a la luz”, que resume la enseñanza del Primer Grado; “Condúceme de lo ilusorio a lo Real” que compendia el significado del Segundo Grado; “Condúceme de la muerte a la inmortalidad” que es la consumación del hecho central del Tercer Grado