domingo, 27 de diciembre de 2009

Eternos Enemigos de México y del Mundo Libre; Compañía de Jesús


 
Los templarios , víctimas de la "Compañía de Jesús" y el camino de Santiago


La primera, cruel y criminal; "Deuda Externa de México" Para su análisis y comentarios:


"El Fondo Piadoso de las Californias "

Tuvo su origen, en 1697, en las donaciones voluntarias hechas por individuos y corporaciones religiosas en México a miembros de la Compañía de Jesús, para posibilitarles propagar la Fe Católica en el área entonces conocida como California. Las primeras contribuciones al fondo se colocaron en manos de los misioneros, los más activos de los cuales fueron Juan María Salvatierra y Francisco Eusebio Kino. Las donaciones posteriores y más amplias tomaron la forma de acuerdos tomados por los donantes de mantener la propiedad donada para las misiones, y dedicar la renta de ella a esa finalidad.

En 1717 los capitales de prácticamente todas las donaciones se entregaron a los jesuitas, y desde ese año hasta la expulsión de la Compañía de Jesús de México el Fondo Piadoso fue administrado por ellos. En 1768, con la expulsión de todos los miembros de la Compañía del territorio español por la Pragmática Sanción de Carlos III de España, la corona de España asumió la administración del fondo y la mantuvo hasta que se logró la independencia mexicana en 1821.

Durante este periodo (1768-1821) las labores misioneras en California se dividieron, el territorio de la Alta California se confió a los franciscanos, y el de la Baja California a los dominicos. Antes de la expulsión de los jesuitas se habían fundado trece misiones en la Baja California, y para el año 1823 los franciscanos habían establecido veintiuna misiones en la Alta California. En 1823 el recién establecido Gobierno de México asumió la administración del fondo y continuó administrándolo hasta 1840.

En 1836 México aprobó una ley autorizando una petición a la Santa Sede para la creación de un obispado en California, y declarando que a su creación “la propiedad perteneciente al Fondo Piadoso de las Californias sería puesta a disposición del nuevo obispo y sus sucesores, para ser gestionado por ellos y empleado para sus fines, u otros similares, respetando siempre los deseos de sus fundadores”. En respuesta a esta petición, Gregorio XVI, en 1840, erigió una diócesis en California y nombró a Francisco García Diego (entonces presidente de las misiones de las Californias) como primer obispo de la diócesis.

Poco después de su consagración, México entregó las propiedades del Fondo Piadoso al obispo García Diego, y fueron tenidas y administradas por él hasta 1842, cuando el General Santa Anna, Presidente de México, promulgó un decreto revocando la disposición arriba mencionada de la ley de 1836, y ordenando que el gobierno se hiciera de nuevo cargo del fondo. Las propiedades del fondo fueron entregadas por la fuerza al gobierno mexicano en Abril de 1842, y el 24 de Octubre de ese año se promulgó un decreto por el General Santa Anna ordenando que las propiedades del fondo se vendieran, y el producto se incorporara al tesoro nacional, y además disponía que la venta fuera por una cantidad que representara la renta anual de las propiedades capitalizada al seis por ciento por año.

El decreto disponía que “el tesoro público reconocerá una deuda del seis por ciento por año sobre el producto total de la venta” y empeñaba específicamente el impuesto del tabaco para el pago de esa cantidad “para llevar a cabo los fines a que dicho fondo está destinado”.
Por el tratado de Guadalupe Hidalgo de 2 de Febrero de 1848, el Alto México se cedió a Estados Unidos por México, y todas las reclamaciones de ciudadanos de los Estados Unidos contra la República de México que se habían acumulado hasta entonces fueron satisfechas por los términos del tratado.

Tras el tratado de Guadalupe Hidalgo (y de hecho durante algunos años antes) México no hizo pagos en beneficio de las misiones. El arzobispo y obispos de California reclamaron que, como ciudadanos de los Estados Unidos, tenían derecho a pedir y recibir de México en beneficio de las misiones dentro de sus diócesis una proporción adecuada de las cantidades que México había asumido pagar en su decreto legislativo de 24 de Octubre de 1842.
Por un convenio entre Estados Unidos y México, concluido el 4 de Julio de 1868, y promulgado el 1 de Febrero de 1869, se creó una Comisión Mixta Americano-Mexicana de Reclamaciones para considerar y decidir la validez de las reclamaciones sostenidas por ciudadanos de un país contra el Gobierno del otro que se habían presentado entre la fecha del tratado de Guadalupe Hidalgo y la fecha del convenio que creaba la comisión.

A esta comisión presentaron, en 1869, los prelados de la Alta California sus reclamaciones contra México por la parte del interés de veintiún años sobre el Fondo Piadoso (acumulado entre 1848 y 1869) pagadero según los términos del decreto de Santa Anna de 1842, en lo que correspondía proporcionalmente a las misiones de la Alta California (al haber permanecido la Baja California en territorio mexicano).
Al someterse esta reclamación a decisión los comisionados mexicanos y norteamericanos no se pusieron de acuerdo sobre su adecuada resolución, y se remitió al árbitro de la comisión, Sir Edward Thornton, entonces embajador británico en Washington.

El 11 de Noviembre de 1875, el árbitro dio un fallo favorable al arzobispo y los obispos de California. Según ese fallo, el valor de los fondos en la época de su venta en 1842 se fijó finalmente en 1.435.033$. El interés anual de esta cantidad al seis por ciento (la tasa fijada en el decreto de 1842) ascendía a 86.101’98$ y por los veintiún años entre 1848 y 1869 totalizaba 1.808.141’58$.
El árbitro sostenía que de esta cantidad, la mitad debía ser la correspondiente equitativamente a las misiones de la Alta California, situadas en territorio norteamericano, y por tanto concedía a los Estados Unidos por cuenta del arzobispo y los obispos de California 904.070’79$.

Esta sentencia fue pagada en oro por México de acuerdo con los términos del convenio de 1868, en trece plazos anuales. Sin embargo, México discutió su obligación de pagar ningún interés acumulado después del periodo cubierto por el fallo de la Comisión Mixta de Reclamaciones (esto es, después de 1869), y se abrieron negociaciones diplomáticas entre el Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno de México, que resultaron, después de algunos años, en la firma de un protocolo entre los dos gobiernos el 22 de Mayo de 1902, por el que la cuestión de la responsabilidad de México se sometía al Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya.

Esta fue la primera controversia internacional sometida al tribunal. Según los términos del protocolo, el Tribunal Arbitral tenía que decidir, primero si la responsabilidad de México de hacer pagos anuales a los Estados Unidos por cuenta de los obispos católicos de California se había convertido en res judicata por el fallo de la Comisión Mixta de Reclamaciones, y segundo, si no, si era justa la reclamación de los Estados Unidos, de que México estaba obligado a continuar tales pagos.

El 14 de Octubre de 1902, el Tribunal de La Haya publicó un fallo juzgando que la responsabilidad de México estaba establecida por el principio de res judicata, y en virtud de la sentencia arbitral de Sir Edward Thornton, como árbitro de la Comisión Mixta de Reclamaciones; que en consecuencia el Gobierno Mexicano estaba obligado a pagar a los Estados Unidos, para el arzobispo y obispos católicos de California la cantidad de 1.402.682’67$, en cumplimiento de las anualidades que se habían acumulado desde 1869 hasta 1902, y que tenía la obligación adicional de pagar “perpetuamente” una anualidad de 43.050’99$ en moneda de curso legal en México.
El Gobierno de México desde la fecha del fallo de La Haya ha cumplimentado sus disposiciones, y paga anualmente al Gobierno de los Estados Unidos, en plata mexicana, para los prelados católicos de California, la cantidad que se juzgó se debía como anualidad “perpetua”.

Transcript of Record of Proceedings before the Mexican and American Mixed Claims Commission with Relation to. . . .. . . . . .Claim No. 439, American Docket (Washington, 1902); Diplomatic Correspondence Relative to the Pious Fund of the Californias (Washington, 1902); United States vs. Mexico. . . .. . . . . .Senate Document No, 28, 57th Congress, Second Session (Washington, 1902).
GARRET W. McENERNY Transcrito por M. Donahue Traducido por Francisco Vázquez
http://ec.aciprensa.com/f/fondocalifornias.htm (primera parte)

viernes, 25 de diciembre de 2009

¿LOS MASONES FESTEJAN LA NAVIDAD?




Por CHRISTIAN GADEA SAGUIER
 Antes de lograr una respuesta satisfactoria es importan de analizar qué entendemos por "navidad". Los actuales hábitos navideños provienen de unas antiguas costumbres babilónicas registradas aproximadamente  2.600 años ante de la era actual. Fueron algunos gobernadores romanos en sus constantes afanes de sincretismo religioso quienes la trasladaron como fiesta cristiana.
La tradición de aquellas costumbres relata que existió una reina llamada Semiramis en cuyo vientre crecía su hijo Tamuza quien habría concebido virginalmente. No cabe duda que las costumbres de Babilonia trascendieron las fronteras romanas asentándose con mucha fuerza en el politeísmo del imperio. Así cada 25 de diciembre se conmemoraba alumbramiento de Tamuz (Saturno para los romanos) el dios sol encarnado.
Esa festividad iba acompañada de orgías, desenfrenos y una gran inclinación hacia el valor de la amistad que se ratificaba con intercambio de regalos y presentes. También había surgido la costumbre de adornar las puertas de cada casa con coronas de flores y hojas verdes y por cierto la práctica de adornar un árbol con frutas y decorativos alusivos al dios sol.
La celebración se realizaba durante el solsticio de invierno, fenómeno natural que constituye el origen de toda celebración navideña aún más remota que las costumbres babilónicas. Durante este solsticio se produce un acontecimiento cósmico que vivifica la naturaleza con su luz y su calor razón por la cual para todas las culturas antiguas representaba el auténtico nacimiento del sol y con él toda la naturaleza comenzaba a despertar lentamente de su letargo. Los humanos veían en esta manifestación natural la renovación de sus esperanzas de supervivencia gracias a la fertilidad de la tierra.
La fiesta giraba en torno a grandes festejos caracterizados por la alegría general y el protagonismo de las hogueras alrededor de las cuales se concentraban los lugareños con el fin de manifestar su alborozo y esperanza mediante ceremonias colectivas centradas en cantos y danzas rituales y en la recogida de ciertas plantas como el muérdago. Las grandes hogueras al margen de simbolizar el gran acontecimiento tenían la función de excitar el calor y la fuerza de los rayos de un sol recién nacido que encaraba su curso hacia la primavera inundando la tierra con su poder regenerador.
Siglos después cuando fue establecido el catolicismo romano bajo las falsas pretensiones religiosas de Constantino aproximadamente hacia el 325 la mezcla de la celebración solsticial, el paganismo babilónico y romano, fue introducido deliberadamente al cristianismo a modo de contener el avance infiel. Así la antigua Semiramis pasó a llamarse virgen María y la encarnación del dios sol Tamuz, Jesús.
El festival del solsticio de invierno celebrado el 25 de diciembre de cada año pasó a ser la fecha oficial del nacimiento de Jesús y la antigua costumbre de la entrega de regalos y presentes fue acomodada en función de la experiencia que según la doctrina cristiana tuvieron los magos al visitar al niño Jesús al entregarle obsequios por su advenimiento. El antiguo árbol que la religión de Babilonia adornaba en celebración del nacimiento de Tamuz pasó a llamarse "el árbol de Navidad". Con esta genealogía de la navidad podemos entender que el cristianismo no es otra cosa que un paganismo reformado.
En la actualidad la navidad es un verdadero caldo de cultivo para los comerciantes y el consumismo pero todo detrás de una pantalla o envoltorio cristiano a modo de aliviar la pena consumista. En esta vida de consumo como lo sugiere Zygmunt Baumanlos individuos pasamos a ser los promotores del producto y el producto que promovemos puesto que debemos según postula el sociólogo aprobar el examen para acceder a los tan codiciados reconocimientos sociales que exigen reciclarse bajo la forma de bienes de cambio es decir como productos capaces de captar la atención atraer clientes y generar demanda. Esta transformación de los consumidores en objeto de consumo es el rasgo más importante de la sociedad contemporánea.
Esta práctica navideña del consumo y de los regalos en particular proviene de la prostitución de una tradición católica: El rol de papá Noel. El sacerdote católico Nicolás, obispo de Mira en el tiempo del emperador Diocleciano (siglo IV) entre todas sus prácticas religiosas acostumbraba en época de "navidad" a dar regalos y presentes a los niños. Luego de su muerte la iglesia de Roma lo elevó a los altares y  pasó a ser San Nicolás o Santa Claus a quien todos los niños esperan ansiosamente para recibir los regalos y tomar el soma de la felicidad como remedio del mundo feliz de Aldous Huxley. Más tarde este "san Nicolás" adoptó el nombre de "papá Noel" de la raíz francesa que a su vez deriva del latín Natalis natalosea "padre de la navidad". Este "papá Noel" trascendió y ya en época contemporánea fue introducido en diversas historias que hablaban de su origen relacionándolo con el polo norte con la participación de gnomos y renos que lo trasladaban en su tarea de repartir "regalos" por todo el mundo. Todo terminó de pudrirse en 1931 cuando la Coca Cola tomó a este popular personaje y lo vistió con sus colores corporativos y desde entonces se produjo una verdadera explosión y propagación del culto a papá Noel y la compra de regalos.
Ante el análisis presentado ¿los masones festejan la navidad? Si tomamos a la organización por sus miembros, seguro que muchos masones festejan la navidad pues profesan el cristianismo entonces en particular algunos masones festejan la navidad.   Pero la fraternidad como institución no participa de estas fiestas puesto que su doctrina establece una laicidad en sentido filosófico aquel que propugna una visión naturalista y razonable de la vida sin sostener ningún dogma. A lo sumo se conmemora el solsticio de invierno. En el fondo la esencia masónica podría generar un conflicto en el hermano cristiano  puesto que la fraternidad es adogmática y promueve una visión del mundo libre de seres sobrenaturales.

El equilibrio se encuentra en el respeto a la intimidad puesto que la masonería es tolerante de todas las religiones cultivadas en el ámbito privado compartiéndose ella en el centro de unión de todos los hombres por encima de los mismos dioses


"REVISTA DeLa LIBERTAD"
GRAN ORIENTE DE PARAGUAY

jueves, 24 de diciembre de 2009

Solsticio de Invierno; Masonería de Baja California



Gran Maestro Héctorr Meixueiro Corral, Solsticio de Invieron 2008, Méxicali



 


 Gran Logia de Estado, Baja California, invierto 2009.-  llegó la fiesta mas importante para la masonería Universal; “”El Solsticio de Invierno”.
 La palabra solsticio viene del latín "solis statio", lo que se podemos traducir literalmente como "Sol parado o detenido". Este fenómeno se produce en dos épocas precisas del año, el 21 de junio y el 21 de diciembre, y obedece a que el Sol alcanza en ellas casi la misma altura meridiana sobre el horizonte en su aparente detención.
El ascenso diario por el horizonte del Este o su descenso por el Oeste, no se realiza siempre en el mismo lugar. En el curso del año el Sol aparece y se pone en los horizontes señalados, más al norte en invierno y más al sur en verano (ascendiendo hacia el Cenit en esta oportunidad), produciéndose la sensación de que el Sol se desplaza en el horizonte a través del año entre dos posiciones extremas, mediante un movimiento pendular. Al alcanzar estas posiciones (extremas), se producen los solsticios de invierno y verano, llamándose a este movimiento "declinación solar".
Los puntos intermedios entre ambas posiciones extremas y equidistantes son los equinoccios, y como su nombre bien lo dice, entre ellos existe igualdad horaria de día y de noche, siendo su fecha el 21 de marzo y el 21 de septiembre. Solsticios y equinoccios pueden considerarse como los 4 puntos cardinales del circuito de la tierra alrededor del Sol, con su consecuencia natural, es decir, las 4 estaciones del año.
La cultura Egipcia, así como la Maya y la Azteca, caracterizan a sus pobladores como seres que estaban familiarizados con el Universo y los grandes hechos astronómicos, geométricos y geográficos, por lo que edificaron sus templos espirituales, destinados a estrechar los vínculos del ser humano con un ser superior, construidos en forma de Pirámide, como Templos de adoración al Sol, situados en una relación y orientación con el Sol y su movimiento, en los que encontramos exactamente definidos los equinoccios de primavera y otoño y solsticios de verano e invierno.
Estos pueblos se encuentran en una faja de terreno perfectamente delimitada en nuestro planeta; existe una línea geomagnética en sentido perpendicular al eje de la Tierra a que se ubica entre los 15 y 30 grados de latitud norte del Trópico de Cáncer. En este cinturón geomagnético se encontraban la cultura Egipcia, Maya, Azteca y Tibetana.
Los pueblos mesoamericanos siguieron el paso del Sol marcando su aparición y desaparición con extremo cuidado. Su salida en un cierto punto del horizonte les indicaba cuando y donde sembrar sus cultivos o el momento en que el río se desbordaría de su cauce. La planificación y cosecha de las siembras, estaban reguladas por dichos eventos celestes.
De esta manera aprendieron a predecir los fenómenos provocados por el movimiento de los astros con mucha anticipación; contando solamente con un conocimiento matemático y un minucioso sistema de registro, lograron predecir también los eclipses. Estas culturas nos hablan de una maravillosa simbiosis entre el pensamiento mágico y el conocimiento, respeto y armonía con la naturaleza, de la que nosotros formamos parte.
La masonería es eminentemente simbólica, procura por la enseñanza que se obtiene del estudio de los símbolos iluminar el camino de la búsqueda incesante de la Verdad. Estimula a los masones a combatir el error, la superstición y el fanatismo, estimula perfeccionamiento guiándolo paso a paso hacia el Oriente, donde se encuentra el Sol origen de la Luz.
El Sol es la luz, es el calor, es la vida y de esta idea ha nacido, naturalmente el concepto de pode creador, poder eterno que prodiga infinitos beneficios para los seres humanos. Como todo poder físico, misterioso para las generaciones, y que veían en él un poder de acción constante y soberano, fue considerado por las antiguas civilizaciones como una manifestación superior de la divinidad.
Siguiendo la evolución de la humanidad, el hombre, cuya primera fase fue el fetichismo (adoración de elementos terrenales), se fue elevando poco a poco hasta quedarse absorto contemplando la esfera celeste y, en especial, el Sol, foco perenne de luz, fuente inagotable de calor, causa aparente de toda vida y generación de toda forma y movimiento.
Los misterios y los cultos de los antiguos pueblos están fundados, todos, en la marcha aparente del Sol, declinando hacia el ocaso, para expresarnos en lenguaje figurado, que es vencido por las tinieblas representadas a consecuencia de la misma alegoría- como el genio del mal, pero reapareciendo de nuevo sobre nuestro hemisferio, se nos presenta como vencedor y resucitado.
La fiesta solsticial se realizará en las instalaciones de la Gran Logia de Estado, Baja California, el día domingo 27 de Diciembre  a partir de las 8:00 P.M. Calle 9 y Revolución de la ciudad de Tijuana, Baja California.

lunes, 21 de diciembre de 2009

CARTA DEL GRAL. OBREGÓN A SU HIJO; PARA LOS QUE SON PADRES Y PARA LOS QUE LOS QUE SERÁN ALGÚN DÍA

Álvaro Obregón Salido: Militar y político mexicano. Participó en la Revolución Mexicana. Fue Presidente de México del 1 de diciembre de 1920 al 30 de noviembre de 1924.
General Obregón escribe a su hijo Humberto al cumplir 21. Solo días antes de ser asesinado en 'La Bombilla' el 17 de Julio de 1928.
Muy querido hijo:
"...Lo primero que necesitan los hombres para orientar sus actividades en la vida y para protegerse y defenderse de las circunstancias que le son adversas y que por causas ajenas a su voluntad convergen sobre su personalidad, es clasificarse. Clasificarse ha sido uno de los problemas cuyo alcance son muy pocos los que saben comprender; tú debes por lo tanto, empezar por hacerlo y voy a auxiliarte con mi experiencia.
Tú perteneces a esa familia de ineptos, que la integran (con muy raras excepciones), los hijos de las personas que han alcanzado posiciones más o menos elevadas, que se acostumbran desde su niñez a recibir toda clase de agasajos, teniendo muchas cosas que los demás niños no tienen y van por esto perdiendo asimismo, la noción de las grandes verdades de la vida y penetrando en un mundo que lo ofrece todo sin exigir nada; creándoles además, una impresión de superioridad que llegan a creer que sus propias condiciones, son las que los hacen acreedores de esa posición privilegiada.
Los que nacen y crecen bajo el amparo de posiciones elevadas, están condenados por una ley fatal a mirar siempre para abajo, porque sienten que todo lo que los rodea está más abajo del sitio que a ellos los han colocado los azares del destino y cualquier objetivo que elijan como una idealidad de sus actividades, tiene que ser inferior al plano en que ellos se encuentran; en cambio, los que descienden de las clases humildes y se desarrollan en el ambiente de modestia máxima, están destinados felizmente a mirar siempre para arriba, porque todo el panorama que les rodea es superior al medio en que ellos actúan, lo mismo en el panorama de sus ojos que en el panorama de su espíritu y todos los objetivos de su idealidad, tienen que buscarlos sobre planos siempre ascendentes; y en ese constante esfuerzo por liberarse de la posición desventajosa en que las contingencias de la vida los han colocado, fortalecen su carácter y apuran su ingenio, logrando en muchos casos, adquirir una preparación que les permite seguir una trayectoria siempre ascendente.
El ingenio que no es una ciencia y que no se puede aprender, por lo tanto, en un centro de educación, significa el mejor aliado en las luchas por la vida y sólo pueden adquirirlo los que han sido forzados por su propio destino, a encontrarlo en el constante esfuerzo de sus propias facultades.
El ingenio no es patrimonio de los niños o jóvenes que no han realizado ningún esfuerzo por adquirir lo que necesita. El valor de las cosas, lo determina el esfuerzo que se realiza para adquirirlas y cuando todo puede obtenerse sin realizar ninguno, se pierde la noción de lo que el esfuerzo vale, se ignora el importante papel que éste desempeña en la resolución de los problemas de la vida y el tiempo que nos sobra, nos aleja de la virtud y nos acerca al vicio; y éste es el otro factor negativo para los que nacen al amparo de posiciones ventajosas..."
"...Todos los padres generalmente recomiendan a sus hijos huir de los vicios. Yo he creído siempre que existe uno solo que se llama exceso y que de éste deben todos los hombres tratar de liberarse. Yo conozco casos de muchas personas que la virtud la hacen un vicio cuando se han excedido en practicarla. Procura siempre no incurrir en ningún tipo de exceso y nadie podrá decir que tengas un solo vicio (...) Es lo superfluo el más grande enemigo de la familia humana y este imperio de la vanidad ha sacrificado mucho del bienestar y de la tranquilidad que los hombres disfrutarían si a sus imperativos hubieran logrado substraerse y se ha perdido mucho del honor que en holocausto a lo superfluo se ha sacrificado".

Comentario de Gaby Vargas:
Pienso que leer esta carta debería ser obligatorio para todos los padres que nos esmeramos en pavimentarles el camino a nuestros hijos, pensando que de esta manera serán más felices. ¡Oh, error! Y como las ideas se olvidan rápidamente, la deberíamos de leer a diario.
Comparto con usted algunos párrafos... Si tienes uno o varios hijos, estoy segura que esta carta te ha hecho reflexionar y darte cuenta como a mi, del grave error en el que los padres podemos caer que educamos a nuestros hijos facilitándoles todo; por supuesto movidos y cegados por ese gran amor que les tenemos. Que ignorantes podemos ser al hecho de que, al solucionarles la vida desde pequeños a nuestros hijos privilegiados, lo único que logramos es convertirlos en unos lindos 'parásitos'. Que al darles 'todo peladito y en la boca', llenarlos de juguetes y cosas materiales, procurar que no sufran para conseguir algo y recibir mas de lo que dan, lo único que logramos es contribuir a destruir su auto-estima.

martes, 1 de diciembre de 2009

El Autentico contubernio

Amando Hurtado.

El masón aprendíz.- En uno de esos abundantes foros de la contumaz derecha nacional-católica “de toda la vida” - cuyo nombre no contribuiré yo a promocionar - leo que "la Iglesia ha pedido ayuda a la ONU para combatir el laicismo progresivo y el aumento de la intolerancia contra los cristianos, en el mundo en general y en Occidente en particular... La Santa Sede ha llevado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU su preocupación".

El Diccionario de la RAE define el término “combatir” como “pelear, acometer, embestir, atacar, reprimir...” Y el verbo “pelear”, a su vez, se traduce como “batallar, combatir o contender con armas...”. Todo ello podría interpretarse simbólicamente, afirmando que con esas palabras sólo se desea subrayar la necesidad de ejercer una firme voluntad de oposición a algo. En este caso, oposición a la laicidad como principio político, que los jerarcas católicos gustan caracterizar como un “laicismo progresivo” que se da particularmente en Occidente. Pero uno no puede evitar recordar la relatividad polivalente de las interpretaciones simbólicas, ni olvidar los sangrientos ejemplos de lo que en la práctica han entendido siempre los buenos nacional-católicos por “combatir”.

Por otra parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Rouco, inaugurando el 20 de noviembre el XI Congreso “Católicos y Vida Pública”, proclamaba que "los políticos no pueden invadirlo todo" y se preguntaba, en un alarde de retórica cínica, "si puede haber soberanía que prescinda de la verdad ética y de la sociedad". Y, refiriéndose al aborto, reiteraba que el tratamiento del tema por las legislaciones europeas es muestra de su falta de respeto al derecho fundamental a la vida. Por todo ello, considera el señor Rouco que es "imperiosamente necesaria" la presencia de los católicos en la política.

Al parecer, no bastan los muchos partidos políticos cristiano-demócratas esparcidos por el orbe. No bastan, si esos partidos han de ajustarse a leyes constitucionales democráticas - plurales y respetuosas de las libertades de todos - no pudiendo manejar ni imponer directamente el concepto de “verdad ética” dogmatizado por la Iglesia Romana. Como la soberanía popular reside en Dios, según Rouco, y Dios está representado en España por la organización eclesiástica que él preside aquí, el derecho divino le autoriza a hacer lo que haga falta para imponerse a todos los niveles. Siguen siendo buenas todas las alianzas y medios que puedan coadyuvar a ese sagrado fin, en lo que ha sido siempre el más feroz contubernio real de la historia de España.

Pretender que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ayude a combatir la laicidad en cualquiera de sus estados-miembros, tachándola de “claro signo de intolerancia” contra los cristianos o contra las religiones en general, es una incongruencia que pone de relieve el grado de alejamiento de la realidad en el que se debate la Iglesia regida por Benedicto XVI. Los tiempos del césaro-papismo quedaron atrás y a ese Consejo no le está permitido suplantar a ninguna añorada Inquisición. Por el contrario, su misión ideal es procurar que los derechos humanos fundamentales sean los mismos para todos, protegidos en todas partes por encima de diferencias de cualquier orden, como lo son las religiosas. Pretender que la ONU ayude a combatir la neutralidad del estado respecto a las religiones, presentando esa neutralidad como una forma de intolerancia política, es un intento de malabarismo dialéctico impropio del siglo XXI, salvo en El Vaticano, La Meca o Jerusalén. Y estoy seguro de que también con objetores honrados en esos pagos.

El derecho de las personas (no solo el de los fetos) a la vida debe ser defendido oponiéndose tajantemente a la pena de muerte, en clara pugna con lo que enseñan los “libros sagrados” tradicionales y las prácticas avaladas por El Vaticano, La Meca y Jerusalén. Hablar de caridad y de amor al prójimo, condenando a muerte a quien se desmande y bendiciendo luchas armadas contra esto o aquello, es realmente patético. El respeto a la vida personal habría de ser el primero de los referentes morales a considerar cuando se afirma que la vida social necesita afianzarse en determinados principios éticos orientadores. Algo con lo que estamos de acuerdo, casi todos incluidos quienes no profesamos religión alguna.

Cardenal Rouco y compañía: afirmar, a estas alturas, que los católicos deben intervenir en la vida política española es un síntoma más del cinismo que les caracteriza a Uds. No han dejado de intervenir en ella en ningún momento, desde hace siglos. Echen Uds. un vistazo al panorama actual y convénzase de que no se puede ir mucho más allá.

Otrosí: ni su sección del cristianismo, ni ninguna de las abundantes organizaciones religiosas, filosóficas o políticas existentes en el mundo han podido mantener el imperio de determinadas “verdades éticas” por tiempo indefinido. Los humanos somos animales morales, con un conjunto de respuestas personales posibles que funcionan como normas a seguir ante diversos estímulos. Ha de ser su inteligencia la que les haga seleccionar lo que es “bueno” y lo que es “mejor”, en cada caso, según el conjunto de referencias de que dispongan.

Eso lo han sabido Uds. siempre y por ello se resisten a perder terreno en el adiestramiento de las nuevas generaciones. Pero lo están haciendo muy mal...

Amando Hurtado es escritor y licenciado en Derecho

Fuente: EL PLURAL.com

http://masonaprendiz.blogspot.com http://groups.google.com/group/LogiaDeMasones

Cualquier similitud con lo que sucede en Méxicco, es pura coincidencia. N.R.