viernes, 22 de agosto de 2008

Carta Zacatecas.El mundo vive una época de grandes cambios y de grandes crisis.


Vigésimo Octavo Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos.

Zacatecas hoy।- grupos hegemónicos pretenden reducir la condición humana de los que menos tienen, retraerlos a la barbarie en plena era del conocimiento y de la tecnología digital; la inequidad y la injusticia se enseñorean en todos los rincones de la tierra; el hambre y la enfermedad constituyen la situación de quienes no gozan el derecho elemental de su propia naturaleza, por el único crimen de pertenecer a una región geográfica o a un grupo social determinado; el poder de los grupos dominantes se sustenta en la acumulación de la riqueza एनel uso de las armas y la violencia। Ante este lamentable estado de cosas, se hace necesario levantar la voz con el fin de establecer el orden en el caos y regresarle al hombre los medios para aprovechar los bienes de la naturaleza y vivir en armonía con su entorno y a los masones mexicanos, el lugar que por dignidad les corresponde. Esta es la importancia que reviste el promover espacios como el que este Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos ofrece, en donde la reflexión es el mejor camino a fin de fortalecer el espíritu y cultivar la inteligencia, generando alternativas para que todos los seres humanos alcancen niveles decorosos de vida.

El vertiginoso desarrollo alcanzado por la ciencia y la tecnología durante los últimos años, modificó profundamente los patrones de producción y elevó la eficiencia de las economías de punta. Sin embargo, tal como lo señaló el Soberano Gran Comendador en el discurso inaugural de este Congreso: “…El aumento en la producción económica si bien establece las condiciones para construir un mundo mejor, engendra, asimismo, un sistema político dominante y grupos sociales que obtienen una inmensa superioridad sobre el resto de la población”. En efecto, toda vez que el control de la ciencia y de la tecnología está en manos de los monopolios internacionales, los beneficios resultantes no se difunden y aplican por igual entre todas las naciones y grupos humanos. Por el contrario, la distancia que separa a las naciones pobres de las industrializadas es cada vez más grande.

La concentración del capital financiero, apuntalado por una lógica de reproducción que solamente favorece a unos cuantos, ha dado como resultado un orden mundial injusto, insostenible económica, social y ecológicamente, y generado expectativas de consumo inalcanzables para los países emergentes y para muchos hombres y mujeres de los países desarrollados.

Esta es, sin duda, la causa principal de los cuatro grandes flagelos de la humanidad:

1. La Crisis de los Alimentos, cuyos altos precios retrasan el cumplimiento de las metas del milenio trazadas por la ONU, intensifican la inestabilidad política y ahondan la desigualdad social entre países y entre capas de la población. Se estima que, como consecuencia de la crisis alimentaria mundial, más de 105 millones de personas podrían caer por debajo de la línea de pobreza extrema, que se sumarían a los 800 millones reportados por la FAO que ya padecen dicha situación.

2. La Crisis del Desarrollo Humano, ya que cada vez es más grande el abismo entre los pueblos que integran el llamado primer mundo -que concentran riqueza, tecnología avanzada y bienestar- y los que aún se agitan en la pobreza, el hambre y la desesperanza.

3. La Crisis Ambiental, cuya manifestación más grave, el calentamiento global, ya empieza a causar estragos entre la población, la agricultura y el medio ambiente; y no obstante que las emisiones de gases de efecto invernadero provienen en su mayor parte de países industrializados, éstos han sido hasta hoy los más renuentes a adoptar medidas que reduzcan el riesgo de calamidades mayores.

4. La Crisis Energética, que se caracteriza por el desorden en el mercado causado por la especulación, ha impulsado a las grandes potencias a buscar en los países emergentes -como México-, solución a su irracional demanda vía la privatización de actividades de la industria de los hidrocarburos.

En lo que a México se refiere, la situación no es mejor que la correspondiente a la mayoría de las naciones en vías de desarrollo. La economía no crece ni siquiera al ritmo que lo hacen algunas economías latinoamericanas. De ocupar hasta hace algunos años el lugar número seis por su tamaño, nuestra economía ha descendido hasta el lugar número once y continúa en picada, los indicadores de productividad y competitividad así lo demuestran. La pobreza aumenta y el desempleo también. No hay trabajo para quienes lo demandan y necesitan. La carestía lesiona a las clases sujetas a ingresos fijos. La inseguridad y la violencia han hecho presa de prácticamente todo el territorio nacional, mientras que al Gobierno Federal se le percibe aislado y sin capacidad de “dar respuesta a los problemas que enfrenta la población, que sólo encuentra a su alrededor vacío e incertidumbre” (Soberano Gran Comendador).

Atento al acontecer del mundo y del país en el que vive y al que se debe, el Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos, después de intensos, vigorosos y siempre responsables debates, se pronuncia por:

1. Un Orden Mundial más justo en donde florezcan la libertad, la justicia, la igualdad y la fraternidad entre los hombres; la paz y la cooperación fructífera entre todas las naciones;

2. El alivio inmediato de la apremiante situación generada por la crisis alimentaria, mediante nuevas estrategias para impulsar el desarrollo del mundo rural, producir más y distribuir mejor;

3. La disminución de la brecha que separa a los países industrializados de los países pobres y, consecuentemente, la estricta aplicación de las medidas que establece la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, propuesta por México y aprobada por la ONU;

4. El categórico respaldo a todas las medidas conducentes a la inmediata reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Entre los Congresistas hay una profunda convicción: es urgente e imprescindible a la sana convivencia entre los mexicanos, abrir paso a un nuevo conjunto de políticas públicas encaminadas a frenar los procesos de degeneración que afectan a las instituciones nacionales y, por ello indispensable luchar por la conformación de una nueva relación de fuerzas políticas y sociales, capaz de asegurar una nueva dirección, distinta de la actual, necesariamente progresista para la vida del país, hacia la construcción de un orden social más avanzado.

Establecidos los principios, el Congreso concluye:

1. EDUCACIÓN:

La educación es la vía más conveniente para que el individuo y la sociedad alcancen su pleno desarrollo.

Que el Estado dedique a la inversión educativa el equivalente, por lo menos, al 8 % del PIB.

Asimismo, la conveniencia de recuperar los vínculos de mutua solidaridad con las organizaciones magisteriales.

El fortalecimiento de la educación pública, laica y gratuita y la observancia estricta del artículo 3º Constitucional, para reforzar y ampliar la condición del Estado Laico Mexicano, como el camino más viable para propiciar el desarrollo de las clases económicamente desprotegidas.

2. DESARROLLO SUSTENTABLE

La sabiduría política adquirida por el Constituyente en siglos de lucha contra el colonialismo, determinó que el desarrollo del país discurriera por una vía no exclusivamente capitalista. Luego de apasionados y con frecuencia agitados debates, el Constituyente del 17 estableció las bases teóricas y jurídicas de un sistema de economía mixto o nacional revolucionario, sustentado en 3 áreas de propiedad: la propiedad pública reserva a la nación el dominio exclusivo de riquezas, recursos naturales y actividades consideradas esenciales al logro de un desarrollo independiente, justo y sostenido; la propiedad social, pone bajo control de los trabajadores del campo y las ciudades medios de producción idóneos para la obtención de un nivel de vida digno; y la propiedad de los particulares, por decisión de la Nación otorga a éstos el dominio sobre determinados bienes y servicios, siempre que su explotación no afecte los intereses generales.

En esta sencilla fórmula de organización económica, seguida de la praxis, se sustentó la estabilidad económica y la paz social de que disfrutó nuestro país durante décadas.

El derrumbe de empresas públicas y el grave debilitamiento del sector social, (ejidos, cooperativas, y empresas propiedad de sindicatos y trabajadores), acordado desde las altas esferas del poder político acompañado de la apertura incondicional a la inversión extranjera y el apuntalamiento casi exclusivo del sector privado –extranjero y nacional-, condujo a la concentración de recursos y riquezas, alentó el surgimiento de monopolios que gravitan desmesuradamente en las decisiones de política económica, debilitó al Estado mexicano, y produjo un cambio en la correlación de fuerzas que por un lado favorece a los altos círculos del dinero y, por el otro, ahonda la desigualdad y la injusticia.

Ahora se plantea ante nosotros un dilema insoslayable: o los cambios que reclama la nación se encauzan por el camino trazado por la Constitución, o se abre ante nosotros, nuevamente, la ominosa perspectiva de la desunión social y acaso la violencia.

Las razones expuestas son irrebatibles, por ello los masones mexicanos demandamos una profunda y verdadera reforma democrática de la economía, regida por el Estado mexicano, que propicie el desarrollo de las fuerzas productivas, enfatice en la vocación agropecuaria de los recursos naturales, promueva el desenvolvimiento de la industria y los servicios, aliente la investigación científica y su aplicación tecnológica, delimite y dé mayor integración nacional a la planta productiva y respete las tres formas de propiedad y de organización social, puesto que la nación necesita más y mejor iniciativa estatal, más y mejor iniciativa social y más y mejor iniciativa privada.

El petróleo

La expropiación y subsecuente nacionalización de la industria petrolera, decretada por el patriota presidente Lázaro Cárdenas del Río -apuntalado por la solidaridad de los trabajadores del campo y de las ciudades-, fue producto de una decisión fundamental del pueblo mexicano. Por lo tanto, estamos en presencia de una determinación inamovible, irrenunciable e irreversible. En consecuencia, nuestro Congreso se pronuncia por un rotundo no a todo intento de privatización, abierta o disimulada, total o parcial, de la industria petrolera nacionalizada e integrada, que abarca todas las fases, actividades y procesos desde la exploración, búsqueda de mantos y yacimientos, perforación, extracción, conducción, transportación, almacenamiento, refinación, distribución, comercialización de los derivados y ventas de primera mano, según se deriva de la correcta interpretación del párrafo sexto del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Asimismo, se pronuncia por la elaboración, mediante consulta democrática, en consonancia con lo que establece el artículo 26 de nuestra Carta Magna, de una política energética integral, que sustente y propulse el desarrollo económico y la industria, apoye al campo y a los campesinos, preserve y enriquezca los ecosistemas, promueva el progreso de las familias mexicanas y fortalezca la soberanía nacional. En este contexto, considera de toda relevancia una reorganización de Petróleos Mexicanos, que vigorice su capacidad de ejecución, garantice el aprovechamiento racional de la cuantiosa riqueza de hidrocarburos que pertenece a la Nación y asegure que ella sirva verdaderamente a los superiores intereses de los mexicanos.

Federalismo Hacendario

Es preciso fortalecer un sano federalismo, dando sustento financiero a cada uno de los tres niveles de gobierno. Se precisa que la reforma al Estado contemple fuentes de ingreso con potestad tributaria plena a los Estados de la República, que actualmente sólo pueden hacer uso de fuentes concurrentes o mecanismos compensatorios que niegan su esencia de entidades libres y soberanas. Deben establecerse en nuestra Carta Magna fuentes tributarias privativas que garanticen la soberanía y viabilidad hacendaria de las entidades federativas.

Migración

La migración es un fenómeno mundial que arranca desde el origen mismo de la humanidad. Es consustancial a la naturaleza del hombre libre.

Los masones postulamos el principio siguiente: “que nadie emigre de su propia tierra por falta de oportunidades de desenvolvimiento; y que a nadie que haya emigrado se le vulneren sus derechos humanos”.

Por lo tanto, luchamos por la construcción de sistemas económicos que generen empleo digno y socialmente útil para todo el que lo demande.

Nos opondremos siempre a toda manifestación de xenofobia contra los migrantes y nos esforzaremos porque a éstos se les les reconozca en su condición de seres humanos y se respete su dignidad.

3. ESTADO DE DERECHO

Como forma de control a los actos consumados de las autoridades del Gobierno Federal, se propone instituir una vía que haga posible la revisión y en su caso anulación, cuando impliquen una merma o deterioro del patrimonio nacional.

A ese efecto, se propone la modificación del Artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

4. TEMAS MASÓNICOS.

Laicismo
Este XXVIII Congreso respalda, en todos sus términos, la iniciativa presentada por un grupo de distinguidos legisladores para reformar y adicionar los artículos 40 y 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que propone elevar a rango constitucional el atributo de “Laica” a la República; y en lo relativo al Municipio, que ostente la condición de “Laico”; por lo tanto solicita, con todo respeto, del Honorable Congreso de La Unión, promueva, hasta concluir, el proceso Legislativo de análisis y, en su caso, aprobación, que corresponde a dicha iniciativa.

5. CIENCIA Y MASONERÍA

El desarrollo de la Ciencia en la Masonería sirve para desmitificar las explicaciones que las corrientes dogmáticas tratan de imponer en los hombres supuestas verdades absolutas y remite al estudio de la naturaleza, del hombre y del universo, por medio del análisis sistemático.

La Ciencia estimula el uso de la inteligencia y la razón y siembra la duda acerca de todo lo escrito y lo dicho, exponiéndolo en el tamiz del racionalismo para corroborar la verdad o la falsedad de los hechos que cotidianamente alimentan nuestro intelecto.

Por ello, el Congreso se pronuncia por el apoyo a la investigación científica y al desarrollo de la tecnología al servicio del hombre.

6. LA FAMILIA

La familia es la más universal de las instituciones sociales y la fuente de las primeras y más poderosas influencias a las que está expuesto el individuo en todas las sociedades. Por consiguiente, el Congreso concluye:

a) La familia como ente no tiene personalidad jurídica, no así los miembros que la componen, quienes sí son factores de cambio en la sociedad.

b) Los padres deben intentar humanizar individual y colectivamente a quienes integran la familia para ser factores de cambio en una sociedad libre, justa armónica y socialmente aceptable.

c) La verdad y la congruencia deben ser valores preponderantes dentro de la familia.

d) La filosofía liberal debe ser la base para que el masón sea un factor de cambio dentro de la familia y la sociedad.

Los masones filosóficos mexicanos, concluimos con una sincera exhortación: en estos tiempos de cínico y rabioso ataque contra todo lo que Juárez sigue representando para México, es menester defender la obra del Arquitecto Moral de la República, lo que equivale, no más, pero tampoco menos, que al derecho de los mexicanos a forjar un desarrollo soberano, a salvo de perniciosas injerencias.

Valle de Zacatecas, Zac. A 12 de julio de 2008